Un nuevo estudio científico sobre el impacto de la inteligencia artificial en la fuerza de trabajo por parte del instituto europeo de investigación tecnológica ha descubierto que a los humanos no les gustan las obras de arte creadas por estas.
El documento se publica como parte de la iniciativa Prospective, que estudia el impacto potencial de la inteligencia artificial en el mercado laboral desde la actualidad hasta 2031.
Aunque muchos estudios relacionados con las interacciones hombre-máquina mencionan sesgo de percepción hacia la IA, la evidencia experimental y científica es escasa. Esta investigación aborda la falta de información sobre la percepción de la IA como una herramienta artística.
Detalles del estudio
Los investigadores científicos pidieron a 565 participantes, procedentes del público, que calificaran 40 pinturas impresionistas, incluyendo paisajes y retratos. Obras de Claude Monet y Piet Mondrian representaron a artistas humanos, mientras que Collectif Obvious y Robbie Barrat proporcionaron ejemplos de arte generado por inteligencia artificial.
A la mitad de los participantes se les dijo que el arte que estaban calificando era generado por IA; en el caso de otra mitad se les dijo que fueron creados por los humanos. Pero a todos los participantes se les mostraron las mismas pinturas, tanto las realizadas por la IA como las de artistas humanos.
Martín Ragot, investigador de ciencia cognitiva y jefe de Prospective, dijo: “A cada participante se le pidió que calificara cada pintura en varios criterios: atractivo general, belleza percibida, novedad y significado percibido. Nuestros hallazgos muestran que las pinturas percibidas han sido hechas por seres humanos están clasificadas mucho más alto y más positivamente que las percibidas como generadas por IA”.
Resultados del estudio
“Con esta metodología y muestra, hemos demostrado, por primera vez en un estudio científico, que hay un sesgo de percepción negativo contra la IA y un sesgo de preferencia para las obras de arte hechas por el hombre”.
Resulta que dependiendo de la identidad percibida del artista (humana o IA), las mismas pinturas fueron calificadas de manera muy diferente. Una pintura declarada como obra de un ser humano fue percibida como más atractiva, hermosa, innovadora y significativa.
Esta preferencia subjetiva incluso influyó en la percepción del valor de una pintura: Una obra presentada como creada por el hombre se estimó en un valor que fue de tres veces más que su contraparte. Este es un hallazgo significativo, ya que las obras artísticas creadas por la inteligencia artificial son cada vez más comunes en las casas de subastas.
Este experimento fue parte del proyecto Prospective. El enfoque consiste en explorar posibles futuros tecnológicos para identificar los desafíos del mañana examinando cuestiones sociales, económicas, sociales, éticas y legales, algo muy a tener en cuenta en el futuro más próximo.