Los viajes de lujo y el creciente énfasis en las experiencias sobre las cosas han creado un ecosistema valorado en 1,54 billones de dólares al año, un tamaño comparable al producto interno bruto (PIB) de una de las 15 principales economías del mundo, según un nuevo informe.
El estudio realizado para el Mercado Internacional de Viajes de Lujo (ILTM), afirma ser el primero en medir realmente lo que llama el “ecosistema global de viajes de lujo”, o la colección de experiencias relacionadas con los viajes, como la alimentación y bebida, actividades culturales, bienestar, eventos deportivos, artes escénicas y actividades al aire libre.
“La razón por la que este ecosistema es tan importante para la industria de viajes de lujo es que cada vez más de estas personas adineradas buscan aventuras de viaje curadas adaptadas por asesores que los conocen bien, saben lo que les importa y son apasionados. Cada vez más, necesitan diseñadores de viajes y aquellos en posiciones de influencia en destinos para abrir sus ojos a todo el potencial de estos lugares”, dice el informe.
Ellos buscan variedad y autenticidad, y cada vez más están viendo un complejo de lujo como un trampolín. En lugar de identificar un “hotel de lujo” como un fin en sí mismo, lo están utilizando como una puerta de entrada a experiencias que, hasta ahora, muchos asesores de viajes pueden no haber considerado parte de su papel, añade.
Los 1,54 billones de dólares son exclusivos de alojamiento y pasajes aéreos, y el informe no detalla qué experiencias podrían ser comisionables o no. El mayor gasto se destina a alimentos y bebidas, pero otros servicios más potencialmente comisionables, como las actividades culturales y el bienestar, también representan una porción considerable.
“El viaje es uno de los sectores de gasto más importantes para el ‘club de más de 1 millón de dólares'”, afirma el informe, y añade que las personas con un alto patrimonio neto gastan en promedio unos 30.000 dólares al año en viajes, principalmente en el segmento de lujo.
