Nos guste o no, es una realidad que la ciudadanía de una persona puede tener un gran impacto en la calidad de su vida y la facilidad de acceso a ciertos derechos, especialmente cuando se trata de viajes. Un nuevo índice de ciudadanía internacional ha descrito qué países ofrecen los mejores beneficios en una amplia gama de categorías.
El índice tuvo en cuenta diferentes factores, como la movilidad de pasaportes, los derechos humanos, los derechos de las mujeres, el permiso parental, la democracia política, la igualdad de derechos de matrimonio, los derechos de propiedad y el rendimiento sanitario. A cada país se le dio una puntuación de cinco en cada categoría antes de que se sumara un total.
Clasificado como la mejor ciudadanía del mundo fue Islandia, gracias a los esfuerzos del país nórdico para proporcionar beneficios a su gente. Tener la ciudadanía islandesa significa que los nuevos padres pueden tomar 12 semanas de licencia parental pagada cuando nace un niño, mientras que las parejas del mismo sexo pueden casarse legalmente dentro del país.
También ocupó el lugar más alto en derechos de las mujeres, como uno de los siete países que han cerrado al menos el 80% de la brecha salarial de género. Islandia también obtuvo un puntaje alto (segundo sólo por Noruega) en la categoría de democracia política.
Irlanda quedó en segundo lugar gracias a un alto puntaje de movilidad de pasaportes. Los ciudadanos con pasaporte irlandés pueden visitar 170 países sin visado o obteniendo uno a su llegada. El país también obtuvo mejores resultados que Islandia en las categorías de independencia judicial, licencia de maternidad más larga (42 semanas en comparación con las 13 de Islandia) y opciones transgénero.
Los diez primeros demostraron que la ciudadanía europea puede venir con beneficios serios, ya que fueros integrados por Finlandia, Suecia, el Reino Unido, los Países Bajos, Dinamarca, Noruega, Luxemburgo y Nueva Zelanda. Este último país fue el único fuera de la UE que se encuentra entre los diez primeros, anotando bien por su alta movilidad de pasaportes, democracia política, derechos de propiedad e igualdad de derechos matrimoniales.
