El Antico Caffé Greco se encuentra en Via Condotti, una de las calles más famosas de Roma y a pocos minutos de la emblemática Plaza de España. Fue fundada en 1760, y desde entonces un increíble número de artistas famosos y estrellas de cine y políticos se ha detenido allí para tomar un café – escritores como Goethe, D’Annunzio y Melville; pintores como De Chirico; iconos de películas como Orson Welles y Elizabeth Taylor; e incluso realeza como la princesa Diana.
El Caffé se enfrenta ahora a un cierre o potencialmente cambios drásticos debido a un desacuerdo entre la dirección del Caffé, la empresa Antico Caffé Greco y el propietario del edificio, el hospital privado israelita de Roma. Se trata de un aumento en el alquiler del edificio, que puede conducir al desalojo de los actuales gestores.
La cuestión ha desatado un debate nacional (e internacional), que también gira en torno a la decisión de 1953 del gobierno italiano de hacer del Caffé una propiedad protegida, lo que significa que no se puede cerrar gracias a su importancia histórica y artística.
Italia Nostra Roma, un grupo patrimonial que lucha por preservar el tesoro cultural de Italia, está al costado de los gerentes del Caffé en el debate. Su vicepresidenta, la profesora Vanna Mannucci, dijo que el Caffé “ya se ha convertido en el patrimonio de la humanidad en su conjunto, no sólo de la ciudad de Roma”.
Continuó diciendo que “Italia Nostra Roma no está interesada en los temas legales, pero quiere preservar una joya con 250 años de historia a sus espaldas”, y que es de importancia central el Caffé continúa manteniendo sus actividades dentro del edificio. “Es imposible no encontrar una solución compartida”, concluyó el profesor Mannucci.
“Después de la expiración del contrato, no hemos encontrado un acuerdo satisfactorio con la dirección que también esté alineado con la situación actual del mercado”, dijo el Hospital israelita. Pero también continuó asegurando que “reconocemos el valor histórico del edificio y la importancia de la cultura que lo rodea” y que la futura gestión del edificio siempre reflejará esa importancia.
Los últimos acontecimientos son que las discusiones adicionales entre los gerentes y los propietarios tendrán lugar a mediados de noviembre, mientras que la fecha real de desalojo se ha retrasado a enero de 2020.